¿ Por qué se producen ?
Las várices son venas enfermas. Aparecen como resultados de una serie de factores causales: la herencia, y el género. El sexo femenino está más predispuesto debido a las hormonas lo que hace que aparezcan con los ciclos menstruales y se agraven durante el embarazo y la menopausia. La obesidad es el factor común a ambos sexos asociados al sedentarismo y a las articulaciones atróficas
Bipedestación.
La posición de pie. De esta manera aumenta substancialmente la presión hidrostática contra la que tiene que luchar el sistema venoso para cumplir su función de retornar la columna sanguínea al corazón.
Herencia.
El hombre se reproduce según un esquema genético preestablecido.
Es, pues, la herencia el segundo piso predisponente que encontramos. Se transmiten tanto las características morfológicas de las várices como su ubicación, repitiéndose en generaciones sucesivas.
Sexo.
El tercer factor predisponente si es mujer. En este caso la posibilidad de enfermedades venosas respecto al hombre es de 5 a 1.
Ciclos menstruales.
La menarca – que es el primer período menstrual de la mujer – da inicio a las primeras manifestaciones patológicas consistentes en la aparición de pequeñas varicosidades y derrames, principalmente en las jovencitas predispuestas genéticamente. Los ciclos menstruales actúan directamente sobre las venas mediante las hormonas.
Embarazo.
Marca un eslabón fundamental en el desarrollo de las várices. En estas condiciones las venas padecen la influencia de tres factores que actúan negativamente sobre su integridad: el gran aumento hormonal que acompaña a la gestación, la compresión del útero grávido sobre las grandes venas y la tendencia al excesivo aumento de peso.
Obesidad.
Es un factor común para ambos sexos.
Menopausia.
El desequilibrio hormonal, común en esta época, es un factor predisponente de las alteraciones venosas.
Vejez.
Se caracteriza por una atrofia generalizada de todos los tejidos, incluyendo las venas.